"Todos lloraban": un jugador reveló cómo fue la emotiva despedida de Marcelo Bielsa en este club

Si existía gente en Uruguay que cuando designaron a Marcelo Bielsa como nuevo técnico de su Selección lo miraba de reojo no se trataba de un juicio por tener poca experiencia. Justamente, si había un argumento para esa contratación se basaba en una trayectoria que pocos pueden cuestionar después de semejante curriculum.

Dicha desconfianza al Loco se respondía a partir de una filosofía que iba en contra de una idiosincrasia charrúa de antaño que no se encontraba consecuente con el modo de armar los equipos y las tácticas. Todo esto se trató de un prejuicio que quedó echado por tierra cuando se empezó a plasmar en cancha evidenciando un funcionamiento colectivo que iba de la mano con niveles individuales altos. Esa capacidad que tiene para sacar la mejor versión de cada jugador es lo que hace a Marcelo Bielsa tan querido por sus planteles como cuenta Junior Firpo sobre su partida de Leeds United.

“Fue una de las despedidas de un entrenador más duras que he vivido. Todos los jugadores que llevaban varios años con él lloraban en el vestuario”, detalló el defensor. En una entrevista brindada en las últimas horas que fue replicada por el sitio Montevideo Portal, el nacido en República Dominicana nacionalizado español remarcó que vivir un acontecimiento así resultó un hecho inédito en su carrera deportiva.

Insistiendo sobre el acontecimiento, reveló que ahí es donde se dio cuenta que lo que vendría luego de la salida del DT rosarino sería peor. “Fue como cuando sabes que algo se va a hundir, pero prefieres que se hunda con él que salvarlo con alguien más, era ese sentimiento”, relató antes de hacer hincapié en el amor que le tuvo la hinchada: “nos estábamos yendo al descenso y coreaban su nombre”.

Un hombre especial

Solo vale remarcar que en Leeds fue el lugar donde Marcelo Bielsa más tiempo se sostuvo en el cargo para entender la conexión mutua que había entre ambos lados del vínculo. Cuando Firpo firmó como refuerzo una de las seducciones tenía que ver con cómo se convivía con un profesional catalogado como diferente por todos los que lo conocieron.

“Estaba un poco loco, como dice su apodo, pero para bien. Era muy obsesivo con los detalles. Hasta que no dabas un buen pase, no valía la pena. Y podrías repetirlo 50 veces”, aseguró. Además, sumó: “no importa que hayas marcado el gol, si el balón no se movió bien o con la rotación correcta que él pensaba, no se hizo bien”.