Al borde del papelón: Boca se salvó de ser goleado por el ingreso de sus juveniles

Boca visitaba a Talleres con la obligación de dejar atrás la pobre imagen que reflejó en La Bombonera en lo que había sido un empate 0 a 0 con sabor a poco. Pero los dirigidos por Hugo Benjamín Ibarra no mostraron ni un signo de mejora y, caso contrario, dieron una de las peores exhibiciones de los últimos tiempos.

Con muy poco, los cordobeses asfixiaron a los Xeneizes, que culminaron la primera parte con casi un 60% de posesión y ningún intento de disparo hacia la portería que protegió Guido Herrera. Para colmo, la T logró abrir el marcador gracias a una serie de groseras desatenciones defensivas por parte de Boca.

La lesión de Nicolás Orsini a los ocho minutos del partido fue sólo la punta del iceberg para los de azul y amarillo, que se llevaron la primera cachetada gracias a Michael Santos, quién tuvo que esperar la orden del VAR por una posición adelantada que no existió para festejar ¿Y los de Ibarra? No podían reaccionar ante la poca pero efectiva presión que ejercieron los locales.

En la segunda parte todo empezó a ir peor, ya que un blooper con una floja respuesta de todos los jugadores de Boca culminó en un gol en contra de Ezequiel Fernández, quién había ingresado por Varela en el entretiempo. Y si bien parecía que no podía empeorar la situación, Sebastián Villa se encargó de embarrar peor la situación.

El colombiano dejó con diez al Xeneize tras propinarle un inentendible e infantil golpe sin pelota a Gastón Benavidez. Todo parecía hacerse cuesta arriba para los de Ibarra, que volvió a arriesgar por la experiencia y luego se contradijo, ya que en el peor momento del equipo no cuidó a los juveniles y los metió para intentar rescatar un empate en un momento de desconcierto total.

Los chicos, el alma de un equipo sin rumbo

No sorprende que en Boca los nombres más destacados hayan salido del banco de suplentes, ya que con ingresar por pocos minutos a las redes sociales deja a la vista que los juveniles son los más aclamados por la gente. Y el duelo en Córdoba no fue la excepción ya que lo mejor se vio con los chicos.

Incluso con diez jugadores por la infantil expulsión de Villa, Luca Langoni, Exequiel Zeballos y Ezequiel Fernández -Más allá del gol en contra-, fueron lo mejor de un equipo que carece de peso ofensivo. A ellos solo se les puede agregar Martín Payero y Miguel Merentiel, también suplentes pero lo suficientemente efectivos para haber logrado el descuento de Langoni, que no alcanzó para más y lo salvaron de un papelón que pudo haber sido muchísimo más grande.