Internacional
Casi no lo dejan jugar: la infancia de Luis Díaz, la estrella que llevó a Colombia a la final
El extremo de Liverpool es la principal esperanza cafetera para obtener la segunda Copa América de su historia mañana.El momento que vive Colombia genera un júbilo cargado de ilusión en su gente. Esta generación comandada por Luis Díaz, James Rodríguez y Jefferson Lerma, entre otros, logró alcanzar la tercera final de Copa América de su historia arrastrando un invicto inédito de 28 partidos que le da la chance de soñar con la gloria.
Si bien en frente estará Argentina y su poderío, los Cafeteros ya demostraron que cuentan con un trabajo colectivo muy bueno que se adapta de forma ideal al talento personal de jugadores como Lucho que pueden darle un plus al ataque. Así es como se ganó el mérito de ser considerada casi de forma unánime como el mejor equipo de la competición hasta el momento siendo mejores que Brasil o Uruguay, otros de los candidatos. Este es el momento soñado para cualquier persona que se dedica al deporte, pero más para aquellos que debieron lucharla contra adversidades a puro esfuerzo como Luis Díaz.
“A mí no me gustaba que él jugara porque me daba rabia cuando lo tumbaban y lo golpeaban. Me provocaba ir a pegarle a la otra persona. Cuando comenzó en el Junior me agarré con muchos hombres”, comentó Cilenis Marulanda, la mamá. En una entrevista exclusiva con La Red Caracol Televisión dejó en claro que, si por ella hubiese sido, se habría dedicado a otra profesión.
Ahí es donde se dejó convencer por su padre que veía como el hoy extremo de Liverpool tenía condiciones naturales y también la convicción. “A él no le gustaba ir a fiestas, lo invitaban a cumpleaños de los niños y él me decía que no iba a ir, que no gastará en el detalle porque él no iba a ir a ninguna parte”, reveló sobre su claro compromiso.
El mal momento familiar que le tocó atravesar a Luis Díaz
Independientemente de lo que pueda hacer dentro de la cancha, el acontecimiento que más marcó a Luis Díaz fue el secuestro que sufrió su papá el año pasado donde estuvo sin libertad durante más de diez días. Al respecto, Cilenis admitió como atravesaron esos momentos a la distancia.
“Estaba destrozado allá, sabiendo que estaba tan lejos”. Me decía: ‘yo por acá tan lejos, sin poder darte apoyo, sin poderte abrazar y dándote ánimos”, detalló el acontecimiento. Además, sumó: “Él todos los días me llamaba, porque a mí se me subió la tensión y me decía que tenía que comer y que me calmara. A mí no me daba nada. De milagro no infarté, me dijo el médico”.