Crudo testimonio de un ex River: "Nunca me pude recuperar"

El puesto de arquero muchas veces es difícil de llevar, debido a los riesgos y lo cambiante que puede ser la crítica por un buen o mal rendimiento. No obstante, ser suplente tampoco es tarea sencilla: puede pasar mucho tiempo hasta que la oportunidad llegue. Así le sucedió a Julio Chiarini, quien después de sus muy buenas actuaciones en Instituto, recaló en River para ser recambio de Marcelo Barovero.

El arquero cordobés realizó gran parte de su carrera en equipos del ascenso, por lo que cuando llegó al club Millonario, en 2014, se encontró con un mundo nuevo para él. Si bien formó parte de importantes conquistas, como la Copa Sudamericana (2014) y la Copa Libertadores (2015), su protagonismo fue escaso, ya que el arquero titular de River era Marcelo Barovero, quien además de sus buenas actuaciones, era el capitán del equipo.

“Nunca me pude recuperar de ese golpe. Me había costado mucho llegar y tomé la decisión de irme por calentón. No me dejé ayudar”, reconoció Julio Chiarini en declaraciones a TNT Sports. Después de dos temporadas en el club, eligió buscar más continuidad y dejar River. Esa decisión, ahora, le da vueltas en la cabeza: “Es un club al que nunca hay que dejar salvo que te echen. Estoy arrepentido. Merecía pelear por una oportunidad con Barovero”.

Qué fue de Julio Chiarini tras su salida de River

En 2016, después de irse de la institución Millonaria, el arquero recaló en Sarmiento, para ser titular en Primera División. No obstante, el alejamiento fue algo difícil de asimilar. “Cuando fui a Tigre también fue un duro golpe. Me enojé con el fútbol y los dirigentes. Después pensé en volver a Instituto y no lo pude lograr, así que un día me levanté y decidí no jugar más”, explicó.

Tras su paso por Tigre, Chiarini jugó unos pocos partidos en Instituto y se retiró del fútbol profesional. No obstante, este año regresó para jugar el Federal A con Sol de Mayo, de la ciudad de Viedma. Ya alejado del ruido, el arquero recalca al trabajo de Marcelo Gallardo: “Lo más importante que tiene es que los jugadores le creen cuando habla. Lo demuestra cada día con su trabajo y también es un fenómeno como persona. Hace sentir al suplente igual que al titular. Es el mejor entrenador que tuve en mi carrera junto a Darío Franco”, señaló el arquero de 39 años.