"No podés criticar": el presidente de Boca destrozó a Battaglia a menos de un mes de su despido

La paz deja de ser una opción cada vez que alguien se encarga de hablar, así sea un jugador o el mismo presidente de Boca, que lejos estuvo de calmar las aguas, como parecía ser su intención. Más allá del escándalo que se armó alrededor de la renovación de Agustín Rossi, Jorge Amor Ameal tuvo tiempo de tratar otro tipo de temas, como el despido de Sebastián Battaglia.

El mandamás del Xeneize fue un mar de contradicciones en aguas que ya estaban bastante turbulentas y lejos de aportar calma con sus dichos, abrió una serie de interrogantes que tienen que ver con el técnico que fue reemplazado por Hugo Ibarra. Así, dejó claro que fueron los dichos del ahora ex entrenador de Boca lo que llevaron a tomar cartas en el asunto.

"A mí, las declaraciones de Battaglia no me parecieron felices. Cuando terminás un partido, tenés que aprender de los técnicos que tuvimos, no podés criticar una gestión, se hace puertas adentro, no para afuera. Yo ahí dije ‘esto no aguanta más’”, explicó Amela, quien habló con “La Red”.

"Hablé esa noche con Román (Riquelme): 'Dijo esto, es una barbaridad lo que pasó, eh'. Tenemos que tratar de que los problemas del club sean de las puertas para adentro, no para afuera. Creo que las declaraciones influyeron más que la eliminación, no fueron nada felices", sentenció el presidente de Boca, con ciertas contradicciones que será trabajo de los fanáticos de la institución juzgar.

La realidad es que Battaglia no tuvo una oportuna declaración post eliminación con Corinthians y eso se ha notado en la rápida respuesta de la directiva del Xeneize, que lo quitó de su puesto de una forma bastante desprolija. El mayor problema es que los relatos de ambas partes no terminan de dejar claro cuál fue el principal motivo que terminó con Ibarra a cargo del plantel profesional.

Un martes caótico

Si bien Boca está más que acostumbrado a que cualquier suceso que ocurre dentro del club sea exagerado por los medios de comunicación, ni Ameal ni el agente de Agustín Rossi pudieron entender las reglas del juego. Ambos se expusieron mediáticamente y dejaron al arquero en una situación más que incómoda.

El hecho de que desde el Xeneize afirmen que si no acepta la oferta ya presentada a su representante, podría no jugar más de titular, hizo que Miguel González defienda los intereses del guardameta ante los medios. Si bien es difícil poder asegurar que los números de los que hablan son concretos, la diferencia entre las partes sería de cuatro millones de dólares debido a los impuestos.