Gareca lo consideraba: era candidato para la Selección Chilena y podría retirarse del fútbol

Todos los fanáticos de la Selección Chilena esperaron con mucha expectativa la primera convocatoria de Ricardo Gareca al mando del combinado nacional. El Tigre, quien tiene como objetivo principal mejorar el nivel del plantel y clasificarlos al próximo Mundial, tuvo en cuenta a las figuras de la Generación Dorada y también a los fuertes talentos chilenos. Uno de ellos fue Javier Altamirano, pero finalmente no pudo ser parte por una crisis convulsiva que sufrió en Estudiantes. Actualmente, su estado de salud es una incógnita y podría terminar su carrera con anticipación.

Las alarmas de la Selección Chilena se encendieron en el duelo de Boca y Estudiantes el pasado 17 de marzo. Javier Altamirano, convocado por Gareca para la fecha FIFA del Equipo de Todos, sufrió una crisis convulsiva en el campo de juego y fue asistido rápidamente por el cuerpo médico de ambos equipos. Posteriormente, se confirmó que la causante fue una trombosis en el seno longitudinal del cerebro. Altamirano continúa con análisis para conocer cuál es el origen del problema, pero, en el peor de los casos, se verá obligado a dejar el fútbol profesional.

"Con trombofilia, el tratamiento con coagulantes es de por vida y puede que no pueda volver a jugar fútbol o deportes de alta competencia. Puede ser por una infección por sinusitis mal tratada, una deshidratación severa e incluso alguna secuela del Covid-19", informó el cirujano vascular y endovascular de la Clínica Universidad de los Andes y del Hospital Dipreca, Manuel Espíndola, en diálogo con el Mercurio sobre el posible retiro del futbolista de la Selección Chilena.

Con ilusión de volver a la Selección Chilena: el mejor escenario para Altamirano

De todas maneras, el jugador de Estudiantes no pierde la esperanza de regresar a vestir la Roja, ya que su estado de salud podría mejorar. Según el neurólogo de la Clinica Davila, Jorge Villacura, todo dependerá del estudio de la trombofilia. En caso de no encontrarse la causa, el tratamiento es más ameno y podría terminarlo en un año.

“El estudio de la trombofilia es clave. De no encontrarse la causa, el tratamiento con coagulantes va de tres a seis meses, incluso un año, este es el mejor escenario”, informó el especialista.