"Nunca más fui": la confesión de Claudio Bravo que destapó la compleja relación con su padre

Claudio Bravo ha sido una de las figuras más importantes de la denominada “Generación Dorada” de la Selección Chilena. El ex portero de Colo Colo, que por estos días debe definir su futuro a nivel de clubes, luego de quedar libre del Betis, aprovechó su estadía en Chile para brindar una entrevista y habló sobre algunos temas personales.

El Capitán América, campeón continental con la Roja en 2015 y 2016, habló con Mark González, en su flamante programa de reportajes, y contó una importante enseñanza que le dejó su padre cuando aún era un niño. Claudio Bravo, que ya jugaba en las divisiones inferiores de Colo Colo por aquel entonces, tomó una desafortunada decisión que fue rápidamente remarcada, de una manera muy particular, por su progenitor.

“A los 14 años me invitaron a jugar un partido con niños más grandes, uno típico de barrio. Él supo. Perdimos 7-0, me habían hecho siete goles. Llego a la casa y en la cocina había unas letras grandes, las típicas de feliz cumpleaños. Puso ‘bienvenido esos 7’”, comenzó contando el golero, que podría sumarse a Los Angeles Galaxy de la MLS, según indicaron los rumores en los últimos días.

Posteriormente, el ex portero del Manchester City desarrolló el final de la anécdota y comentó que tuvo una gran enseñanza: “Yo llegué hecho furia, ya estaba jugando en Colo Colo y fui a jugar con los amigos. Saqué las letras, las agarré y las tiré a la basura. Luego me di cuenta de que el mensaje fue ‘no vayas a jugar ahí, ya lo estás haciendo más seriamente’. Nunca más fui a jugar. Esos mensajes tuve en mi casa”, recordó.

Otra enseñanza del padre de Claudio Bravo

En la misma entrevista, Claudio Bravo contó otra anécdota con su padre que le dejó una gran enseñanza para el resto de su vida: “Me había comprado un auto caro en Chile y me pillan con el radar en exceso de velocidad. Fueron varias veces y nunca pasó nada hasta que llegó una infracción a la casa de mi papá, porque las cosas llegan ahí”, empezó diciendo.

Finalmente, agregó: “Mi viejo me dice ‘ahora me dejas las llaves del auto porque lo voy a vender. Si no, te vas a matar a esa velocidad. Eso quiere decir que no piensas en tu señora, tus niños ni en nosotros. El auto no lo vendió. Lo regaló. Lo soltó. Ni a la mitad del valor. No me opuse ni dije nada, solo ‘bueno, ahí están las llaves’. Esa ha sido la educación de mi casa”.