Boxeo
Consecuencias negativas: el rival que rechazó combatir con Mikey García después de su derrota
Un posible aspirante a oponente fue contundente luego de la velada del pasado sábado.Uno de los hechos más impactantes en el año boxístico sin dudas tuvo lugar en la pelea de Mikey García y Sandor Martin el sábado por la noche en California. La contundente victoria del español abre un panorama diferente tanto para el vencedor como para el vencido.
Nadie esperaba que el púgil estadounidense de origen mexicano cayera derrotado por tanta diferencia. Por el contario, se preveía que esta contienda podría haberle servido de puntapié para seguir creciendo dentro del deporte y protagonizar así veladas importantes en el futuro. Pero todo cambió y el primero en dejarlo claro era uno de esos posibles rivales con los que Mikey García soñaba.
“Mikey no va a pelear conmigo. Eso ya no está sucediendo”, publicó en sus redes sociales Regis Prograis luego de ver el resultado de la pelea. El norteamericano era llamado a ser uno de los hipotéticos oponentes a principios del año próximo. Sin embargo, parece ya no estar dispuesto. Las consecuencias de la derrota se empiezan a notar.
El ex campeón del mundo en cuatro categorías es aún considerado por los expertos como uno de los mejores contendientes libra por libra del mundo. Razón por la cual sorprendió que sea tan superado por un boxeador que se presentaba como inferior. Estuvo lento, previsible y hasta inofensivo en gran parte de la noche.
¿Qué será de su futuro?
Luego de la derrota mucho se ha hablado acerca de los pasos a seguir pata Mikey García, aunque poco se sabe aún. Lo cierto es que su promotor Eddie Hearn no se ha mostrado ansioso por trabajar en una posible revancha frente a Martin. Posiblemente esto se deba a que no lo considere apto para vencerlo. De esta manera buscarían otros horizontes.
También se conoció la preocupación del equipo del boxeador de 33 años con respecto a su estado anímico luego de lo acontecido. La caída golpeó mucho en su orgullo. Esto podría significar un tiempo prolongado sin preparar grandes citas hasta que se encuentre recuperado. Habrá que esperar.