BOXEO
No lo podía creer: Julio César Chávez reveló un dato desconocido de su carrera
El Emperador y un relato de como lo han sorprendido con algo que a él le parecía imposible de conseguir.Julio César Chávez se hizo desde abajo antes de alcanzar el estrellato. Fue un amplio recorrido a los golpes, algo literal, ya que no por nada es considerado uno de los mejores libra por libra de la historia. Siempre buscó enfrentar a los mejores y consiguió derrotarlos, al punto de llegar a realizar noventa combates sin conocer la derrota, de los cuales ganó 89 y sumó tan solo un empate.
El Emperador es una leyenda y también un personaje que ha evolucionado con el tiempo. Pasó de ser ese tímido muchacho que rogaba por una pelea estelar ante los rivales más difíciles a ser un auténtico ganador. A sus 59 años, todavía descubrimos detalles de su vida cuando era el mejor boxeador en actividad.
Si él era el mejor sobre el ring, también tenía que tener al mejor en los negocios. Y así fue como Don King, quizás el mejor promotor de la historia del pugilismo, se encargó de cerrarle veladas estelares y aprovechar al máximo su talento: lo hizo pelear contra verdaderos luchadores, de esos a los que muchos le escapaban, pero nunca el Sr. Nocaut.
Si bien eran negocios, Julio César Chávez también llegó a lograr abordar una amistad junto al entrañable personaje encargado de llevar adelante la organización de sus combates. Entre las muchas vivencias que tienen juntos, hay que remontarse al pasado para recordar cuando el estadounidense le regaló una cochera de lujo.
Allí, el Emperador tuvo los mejores carros del momento y así lo contó en una entrevista. Consultado por qué vehículo se encargaba de manejar, y lejos de ostentar como lo hace quizás alguien como Floyd Mayweather Jr., contó que, en su poder y por regalo de su agente, contaba con un Lamborghini valuado, en esos años, en trescientos mil dólares.
Pero no era su único auto de lujo, ya que también reveló en esa histórica entrevista que poseía un Ferrari y también un Rolls Royce, ambos autos que, en esa época, costaban doscientos mil dólares cada uno. Sería difícil decir que otros regalos increíbles le habrá dado Don King a Julio César Chávez, pero si algo sabía el promotor en ese entonces, era como mantener contentas a sus fuentes de ingresos.