"No me arrepiento de nada": la revelación de Marcelo Ríos sobre un objetivo no cumplido

A la hora de hablar del mejor tenista que dio Chile, inmediatamente las mentes de todos van hacia Marcelo Ríos. Si bien hubo grandes exponentes, él fue uno de los más determinantes a lo largo de la historia y logró grandes hazañas que no pudieron ser repetidas por ninguno de sus compatriotas.

El Chino, en tanto, habló en "ESPN" y repasó su historia como jugador profesional. Incluso recordó la espina con la que se quedó cuando decidió retirarse en 2004, aunque no es algo que le afecta o quita el sueño. "Lo siento, pero no me arrepiento de nada", afirmó Marcelo Ríos en referencia a que en sus vitrinas falta un trofeo de Grand Slam, puesto que lo único que consiguió es llegar a la final del Australian Open.

Por esta ausencia se llegó a poner en duda su lugar de privilegio como mejor tenista de la historia de su país, o al menos el mejor desde 1990. Él, Fernando González y Nicolás Massú se disputan este lugar entre los fanáticos, pero Marcelo Ríos indicó que, a su visión, "ser el número uno del mundo tiene más mérito que ganar un Grand Slam". De todos modos, cada uno de ellos tiene puntos en su carrera que no fueron alcanzados por sus colegas, como las medallas doradas que el Gladiador y Feña lograron en Atenas 2004.

"Creo que a los chilenos no les importan los ídolos, tienen mucha envidia de las personas exitosas", sorprendió el Zurdo de Vitacura. Aunque sigue siendo cuestionado por ser el único número uno del mundo que nunca pudo obtener uno de los cuatro torneos principales del circuito, muchos saben que es de los mejores tenistas de la historia.

Su jugada viral

Pasan los días y sigue viralizándose el video de una de sus jugadas contra el español Alex Corretja en el partido de exhibición que llevaron adelante el viernes pasado. El Gran Arena Monticello y todo el público presente fueron testigos de la maravillosa jugada del chileno.

Inmediatamente, el usuario Jorge Vidal en Twitter compartió un video donde se ve al local tocar la pelota con mucha displicencia, casi con desinterés, y ganar un punto ante la ovación de absolutamente todo el estadio. El tweet superó los 65 mil vistas y cada vez incrementa más sus interacciones.