“Una pareja”: Red Bull se refirió a la polémica entre Verstappen y su ingeniero

Las cosas se pusieron tensas este viernes en Red Bull durante la clasificación del GP de Bélgica, donde Max Verstappen estuvo a punto de quedar afuera de la Q3 al clasificar décimo en la Q2. Ese hecho desencadenó el primer cruce del fin de semana con Gianpierto Lambiase, a quien le reclamó el no haber dado dos giros de manera consecutiva para asegurarse el pasaje a la Q3 entre los primeros.

Claro que el ingeniero de la escudería austriaca no se quedó callado y le marcó el terreno al neerlandés, quien tomó revancha este domingo durante la carrera luego de su segunda visita a boxes para calzarse los neumáticos rojos. Ni bien iniciado el stint, Max Verstappen fue a buscar la vuelta rápida, lo que le valió el reproche del ítalo-británico, que le señaló que cuide la degradación, lo que generó otro tenso cruce en Red Bull a través de la radio.

Los problemas de conducta y el atrevimiento del bicampeón del mundo no pasaron inadvertidos y fueron uno de los principales temas de conversación luego de la carrera, algo a lo que no pudo escapar Christian Horner. Sin embargo, lejos de abrir la polémica, el jefe del equipo de Milton Keynes le restó importancia al suceso y recalcó que ambos se llevan bien de esta manera, la que comparó con un largo matrimonio en el que, a pesar de las apariencias, se respetan mutuamente.

“Gianpiero es un gran operador y no se anda por las ramas, por eso se entiende así con Max. Son como una pareja casada de viejitos, que se respetan y conocen mucho”.

Otro dañado a la vitrina

Red Bull ha ganado todo lo que se le ha presentado esta temporada, con diez victorias para Max Verstappen y otras dos para Checo Pérez, lo que le sirvió para romper el récord de McLaren de 11 triunfos consecutivos. Pero luego de haber pasado el récord en el pasado GP de Hungría, el equipo sufrió la destrucción del trofeo del neerlandés, que cayó al suelo y se partió por culpa de la celebración de Lando Norris en el podio.

Por si fuera poco, la historia se repitió este domingo en el GP de Bélgica cuando la escudería se tomó la típica fotografía grupal con los tres trofeos, los dos de sus pilotos y el de constructores. Fue en el momento en que todos salieron a correr cuando el cartel se cayó encima del trofeo del equipo, que se rompió debido al impacto, mientras que los otros dos permanecieron intactos gracias a la protección de Helmut Marko.