Chile, una tierra llena de oro: los 15 tesoros que todavía no se han descubierto

Uno de los juegos más universales de las infancias podría ser aquel donde los niños buscaran tesoros puestos por alguien mayor y que requiera un premio con valor simbólico. Una práctica que se tomó desde los antepasados cuando ellos lo necesitaban de verdad muchas veces para poder sobrevivir a las adversidades.

Para muchas de las generaciones actuales esa concentración de riqueza solo puede traer ese tipo de recuerdos o, quizás, el de alguna serie/película donde sean otras las comunidades que deban emprender esa tarea. Una situación que roza la ficción, que se deja llevar por el mito. Sin embargo, en Chile pueden dar fe de que son cuestiones reales y que puede terminar representando mucha plata ya que en los últimos años se hallaron en sus suelos dos ejemplos que se pueden considerar como tal: los restos del Oriflama y los de del galeón Santa Ana que alentaron a intentar dar con los otros 15 tesoros.

Las dos porciones de embarcación que fueron tasadas en más de 3.000 pesos de la época del 1800 es solo un inicio para poder profundizar lo mucho que hay para inspeccionar si siguen algunos pasos. Uno de los más codiciado es El Dorado, una fuente de oro que también se dice que puede estar en territorio de Colombia, Perú y Venezuela. Juan Fernández es uno de origen español que representaría 10 millones de dólares.

Sir Francis Drake, los de Pedro de Valdivia, Buque alemán Sakarah, Hacienda de Ochoa, Fundo Lo Águila, Desierto de Atacama, Puerto Viejo, de La Marquesa, Carelmapu, Las Pataguas de Quilpué, Lago de los Cristales y Los tres Portezuelos son los otros misterios escondidos que se podrían encontrar entre el territorio nacional. Pese a que no hubo avances significativos, reina el optimismo en mucho de estos casos.

Reglamentación para tesoros

Es tanta la importancia que esta área le da a este tipo de rastrillajes que se debe seguir todo un protocolo vigente en caso de que se den novedades importantes en la búsqueda de estos tesoros. La Ley chilena establece que todo lo que se pueda hallar en primera instancia pertenece al Estado.

Todos los objetos procedentes de excavaciones arqueológicas, antropológicas y paleontológicas con los que se lleguen a dar deben ser debidamente notificadas a las autoridades para evitar sanciones severas. La única excepción tiene que ver si es que la persona es extranjera, en ese caso podrá poseer el 20 % del botín.