Oro puro: una importante recompensa por la particular moneda que puedes ofrecer a bancos

La numismática está ganando más lugar que nunca en las diversas naciones del mundo siendo México uno de los que más fuerte está pisando dentro del mercado. La gran variedad de monedas y billetes que tuvo a lo largo de su historia hace que sea un área más que cotizada para los especialistas.

De todas maneras, en caso de querer acceder a algún ejemplar en particular, no siempre acudir a aquellos expertos termina siendo la mejor opción para las personas. En muchas oportunidades los precios que se pueden barajar por ahí están superados con respecto a lo que verdaderamente pueden valer dentro de un sistema que se encuentre alejado de las páginas de internet donde la demanda es mayor y termina repercutiendo directamente en el precio. Un caso específico es el de la histórica moneda de 20 pesos bañada en oro que en un banco puede valer tres veces menos que en la web.

Hablamos de esa icónica pieza que representaba costo nominal y que tenía el nombre de “Azteca de oro”, justamente haciendo alusión al material de fabricación teniendo 0.48227 onzas del mismo en su interior. Según los datos oficiales, se realizó en 1917 cumpliendo las normas estipuladas 12 años antes y que estuvo en circulación solo algunas décadas sin dejar de quedar en los libros por sus particularices.

Las mismas son las que hacen que las personas continúen interesadas a día de hoy sea por una simple necesidad de coleccionarla o porque allí pueden encontrar un negocio. Como se dijo, en caso de adquirirla a través del banco el valor de venta sería de 20 mil pesos mientras que en los sitios especializados no baja del triple por lo que comprarla para después desprenderse a ese precio representaría una ganancia importante.

Una moneda única

Independientemente de estar compuesta por una buena cantidad de oro en su interior y de ser considera como única ya desde allí, la moneda en cuestión también gana en interés a partir de su sentido histórico mediante las representaciones que tienen en sus lados que responder a ciclos memorables del país.

De un lado tiene impreso el calendario azteca que fue creado por los habitantes de estas tierras antes de que sean descubiertas por Hernán Cortés. El fin estaba en darle un sentido cíclico al tiempo que pasaba. Por el otro se vislumbra a la clásica águila que viene tuvo su espacio en estas piezas desde 1800.