Una torta realmente especial: la receta para preparar cheescake de la forma más fácil

Hay cientos de postres que pueden ser realmente increíbles al paladar, pero quizás todos coincidan en que el cheesecake tiene algo en particular que lo hace único. Sin embargo, muchos no tienen idea alguna del proceso que lleva hacerlo, por lo que te pasaremos la receta ideal para hacer este postre y sorprender a todos.

Lo interesante de este postre es que no necesita horno y solamente necesitaremos de 15 minutos de trabajo, aunque todo tiene una parte negativa y lo peor es el tiempo que se toma en enfriar. Para comenzar necesitaremos 200 gramos de galletas a elección, 100 gramos de manteca derretida, 500 gramos de queso crema, 200 mililitros de crema, 150 gramos de azúcar, una cucharada pequeña de esencia de vainilla, jugo de limón, 10 gramos de gelatina sin sabor y 50 mililitros de agua. Todo esto combinado, nos darán la mejor experiencia para nuestra receta de cheesecake.

Son apenas un par de pasos y lo primero es triturar y pulverizar las galletas para posteriormente mezclarla con la manteca derretida formando una pequeña masa que será la base de nuestro platillo. Todo eso lo debemos volcar en un molde y refrigerar unos minutos, mientras seguimos trabajando: en este punto hay que disolver muy bien la gelatina en el agua fría y paralelamente mezclar el queso crema con azúcar, jugo de limón y esencia de vainilla hasta que todo quede homogéneo.

También se debe incorporar la gelatina una vez que esté totalmente disuelta y ya tendremos todo listo para volcar esto en el recipiente con las galletitas trituradas que ya a esta altura estará bastante frío tras pasar por la heladera. Eso será todo y nuestra receta estará lista, pero falta el paso fundamental que es dejarla en la heladera entre tres y cuatro horas con el objetivo de que esté apto para consumir.

¿Esta receta es saludable?

Aunque parezca sorprendente, los expertos han señalado que dentro de los postres este es uno de los más sanos, ya que no tiene un exceso de azúcar como otros. Así que podemos comer este postre sin tanta culpa como quizás la sienten algunas personas al comer cosas que puedan atentar contra la salud.

El motivo de esto es que tiene una cantidad escasa de azúcar y en cuanto a calorías, tiene prácticamente las mismas que un desayuno convencional. Eso sí; no es lo mismo comerla sola que decorada con nata, azúcar u algunas otras cosas que alteren sus niveles normales.