Se robó los flashes: el tierno momento del hijo de Nicolás Jarry en Roma

No pudo ser. Nicolás Jarry cayó en la final del Masters 1000 de Roma ante Alexander Zverev por 4-6 y 5-7 en un partido vibrante, en el que jugó a un gran nivel, pero enfrente se encontró con el alemán que tuvo el mejor día de todo el certamen, en el que prácticamente no cometió errores y tuvo un juego perfecto. Pero el chileno, en vez de lamentarse por quedarse en las puertas de la historia, disfrutó y un pequeño miembro de su familia se llevó todas las cámaras.

A lo largo del torneo, el mejor tenista chileno de la actualidad tuvo en su box a todo su equipo junto a su abuelo, Jaime Fillol, su pareja, Laura Urruticoechea y a sus dos hijos, quienes se llevaron todas las miradas durante la premiación por un tierno momento que cautivó a todos los presentes. Mientras Nicolás Jarry se encontraba firmando algunos autógrafos a todos los fanáticos que se acercaron a la grada para poder llevarse un recuerdo del finalista, Juan –el mayor de sus hijos- se coló en la cámara.

El pequeño de dos años (el otro es Santiago, que nació el año pasado) no solo se metió en medio de la transmisión oficial, sino que tomó la raqueta de su padre junto con una pelota y empezó a demostrar que el Príncipe le cedió los genes. No es la primera vez que el chiquito se anima a empuñarla, ya que en varias ocasiones sus padres compartieron en las redes sociales cómo juega con una raqueta mucho más chica, acorde a su edad, y realiza algunos golpeos.

De esta manera, con el tierno momento que se vivió en la Cancha Central del Foro Itálico, varios fanáticos se empezaron a ilusionar con un pequeño proyecto a futuro, teniendo en cuenta que la familia de Nicolás Jarry viene conectada con el deporte blanco. Por lo tanto, tan solo será cuestión de que pasen los años para conocer a qué se dedicará el mini Juan, aunque para ello todavía falta una eternidad.

Nicolás Jarry nunca se sintió cómodo con el saque de Zverev

Nicolás Jarry llegó a su primera final de Masters 1000 y no pudo hacer nada ante un impecable Alexander Zverev que estuvo infalible desde el saque donde ganó el 94% de los puntos jugados con sus primeros servicios. Ante ello, el tenista santiaguino analizó que no le fue sencillo leerle cada uno de sus saques.

“Su saque, además de ser muy bueno, es muy diferente a los otros servicios. Toma la bola muy alta, así que el bote es muy especial. Me ha llevado tiempo entender la trayectoria de la pelota. Me ha tomado un poco más de tiempo acostumbrarme a ello. Una vez el punto empezaba, me sentía cómodo, estable. Sabía que, si tenía un poquito más de tiempo, tendría mis oportunidades y que podría aprovecharlas, pero ya era demasiado tarde”, explicó el chileno.