No las dejes estar: así podes proteger a las plantas de tu jardín

Las plantas que no están acostumbradas al frío pueden sufrir en demasía el invierno, ya que las bajas temperaturas son su principal enemigo. Por esta razón, en el presente artículo, te revelamos algunos consejos para que puedas cuidar a tus ejemplares de la mejor forma posible en esta época del año.

Primero, hay que aclarar que las heladas no son todas iguales. Por ejemplo, las heladas blancas pueden ser menos dañinas, es más, en algunos casos, son beneficiosas, ya que protegen el interior de la planta. Al mismo tiempo, las heladas negras son las más perjudiciales debido a que el frío seco afecta directamente el tejido interno del ejemplar, dejándolo con manchas oscuras.

Un consejo muy conocido en el mundo de la jardinería es colocar mantas térmicas de jardín y acolchar las raíces. En cuanto a los daños, en el caso de heladas por advección, causadas por frentes fríos con viento, y heladas de radiación, provocadas por el enfriamiento del suelo, los daños pueden variar significativamente.

Ante este panorama, hay que intentar recuperar la planta rehidratándola y calentando sus raíces a una temperatura entre 15 y 18 grados, evitando el sol directo. Luego de unas horas, se debe regar con agua templada, aunque no en exceso. Por último, se aconseja humedecer el ambiente y evitar podar las partes dañadas debido a que las partes secas pueden proteger las partes vivas de la planta.

Dos plantas ideales para el invierno

Por otro lado, te revelamos dos plantas que puedes tener sin problemas en invierno. El primer vegetal es el llamado durillo, el cual es un arbusto resistente al frío debido a que soporta temperaturas de hasta -15 grados. Además de ser de hoja perenne, se destaca por su floración y el no ser exigente, ya que sólo requiere un buen drenaje y un emplazamiento soleado.

Por último, se encuentra la flor del pensamiento, que soporta las bajas temperaturas y son poco exigentes. Lo único que necesitan es un riego regular durante los meses de floración, que sucede durante el invierno; un suelo con un buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento y un abono para plantas de flor diluido en el riego para promover su floración.