El ejercicio que te ayudará a no perder músculo luego de los 40 años

Con la edad, el mantenimiento de la masa muscular puede ser todo un desafío. Sin embargo, no es nada imposible, solo debes tener consistencia y una buena rutina de ejercicio enfocada a tus objetivos. Para no perder músculo, no es necesario pasarte todo el día en el gimnasio o tener una dieta estricta, sino que es mucho más sencillo de lo que piensas. Específicamente, hay un ejercicio que engloba lo necesario tanto para las personas acostumbradas al entrenamiento como para los principiantes.

Si bien este ejercicio será tu aliado para no perder masa muscular después de los 40 años, puede ser incorporado por personas de cualquier edad. Se trata del spinning o también llamado ciclo indoor, donde es fundamental contar con una bicicleta fija. Con una hora al día de una rutina de spinning es más que suficiente, por lo que en caso de no tener el equipo en tu casa, no debes pasarte todo el día en el gimnasio. Los expertos recomiendan que se comiencen con sesiones de 30 minutos e ir incrementando la duración con el pasar del tiempo.

Los beneficios de este ejercicio son muchos. El spinning te ayudará a fortalecer el corazón y tonificar brazos y piernas, que se puede potenciar con la implementación de elementos extra como pesas o mancuernas. Además, sirve para ganar resistencia, fuerza y coordinación y, por si fuera poco, te ayudará a quemar calorías. De todas maneras, no tienes que olvidar que, como en todas las rutinas de ejercicio, para que de resultado debes complementarlo con una nutrición adecuada y un buen descanso.

La pizza saludable ideal para complementar con tu rutina de ejercicio

Las comidas saludables también son deliciosas. Para realizar esta pizza fit, necesitas una pechuga de pollo, 200 gramos de brócoli cocinado al vapor, parmesano rallado, sal, pimienta, cebolla y ajo en polvo, aceite de oliva, tomate y 50 gramos de muzzarella.

El primer paso es picar la pechuga de pollo junto al brócoli con un chorrito de aceite de oliva, las especias y el queso rallado. Cuando tengas una masa homogénea, debes pasarla a una sartén antiadherente y cocinarla a fuego medio alto. Allí, añade el tomate y el queso hasta que este se derrita. Si lo tapas, se fundirá más rápido.